El camino recorrido hasta la COP30 en Belém do Pará es más que una ruta geográfica; es una invitación a una meditación profunda sobre el trayecto hacia una nueva humanidad, la sanación y la liberación de la Tierra y de sus pueblos oprimidos. En este camino no podemos ignorar la decepción de las ediciones anteriores de las Conferencias de las Partes, que derivaron en meras negociaciones climáticas basadas en la mercantilización del ambiente, atendiendo a los intereses del poder financiero en detrimento de la vida.