Llamamos a los gobiernos de nuestra región a asumir la tarea reivindicatoria del pueblo sufrido de América Latina y el Caribe. Y de forma especial y enfática exigimos que "que se fortalezca la democracia, que se castigue la corrupción y que se conciba el poder no como el ejercicio de una autoridad represiva y perpetradora de diferencias y de privilegios, sino como un instrumento de transformación del pequeño espacio de mundo en el cual debemos vivir juntos y construir el hogar de las futuras generaciones.