Como estudiantes de teología nos vemos desafiados a responder a las necesidades de nuestro pueblo, desafiados a responder preguntas desde el análisis bíblico-teológico, a denunciar los actos de injusticia, a aprender sobre nuestras culturas, a resistir y seguir aportando a un cambio positivo y consciente en nuestra sociedad. Me quedo muy comprometida con la frase que surgió y profundizó nuestras reflexiones durante la jornada “No ser pastores del imperio sino ser profetas de Dios”.