A pesar de los avances que se puedan señalar en la vida de las mujeres del presente, son muchas las violencias que siguen acechandolas en pleno siglo XXI. Aún persisten patrones culturales naturalizados que obstaculizan una verdadera igualdad de oportunidades para las mujeres. Los logros alcanzados se ven constantemente amenazados desde varios frentes. El sistema económico neoliberal exige recortes en educación, salud y desmantela las instituciones que son el soporte de la seguridad social. En todo esto las mujeres son golpeadas con mayor fuerza. Los fundamentalismos religiosos insisten en cuestionar la libertad alcanzada por las mujeres y acudiendo al pánico moral, plantean viejos modelos de feminidad.