“Cuando no hay un lenguaje común, las personas se comunican a través de sus cuerpos”.
Heike Walz
Tenemos cuerpos que son negados, que fueron enseñados a no sentir placer, a no sentir emociones negativas, a sentir siempre de forma positiva negando emociones que son enteramente humanas.
Cuerpos empobrecidos y olvidados a los que la teología de la liberación trató de llegar. Muchos teólogos dieron propuestas, aun así estos cuerpos continuaron con hambre en una tierra que fue invadida. Muchos de estos cuerpos fueron asesinados o expulsados de sus tierras y ahora viven en lugares remotos, tratando de sobrevivir, tratando de mantener y de conservar sus saberes ancestrales.
Hablamos de cuerpos que tratan de vivir de sus cultivos en tierras que ya no producen por la falta de agua, por los grandes cambios climáticos, por las grandes empresas y por los agroquímicos a los que han sido expuestas. Cuerpos que se ven obligados a emigrar por el empobrecimiento y las difíciles situaciones sociales y políticas. Cuerpos de niños y niñas que sufren diversas formas de violencia, cuerpos de jóvenes asesinados en las calles. Cuerpos femeninos que son violentados incluso dentro de sus hogares. Cuerpos que son olvidados a su suerte, cuerpos con discapacidades o capacidades diferentes que desean ser aceptados e incluidos.
También hay cuerpos que no son humanos. Hablamos aquí de otros seres vivos partes de la creación al igual que el ser humano. Esta creación sufre lo que la humanidad ha hecho en esta Tierra.
También están los cuerpos que aman y que desean ser amados, pero lo hacen fuera de los marcos normativos, y esto hace que sean juzgados y despreciados de muchos lugares y de las iglesias en general.
Hay cuerpos que están enterrados en una espiritualidad opresora y esclavista llena de dogmas y de reglas por cumplir. Viviendo bajo teologías que, mayoritariamente, infunden miedo y condenación.
Hay cuerpos que necesitan responder a las preguntas y necesidades desde sus contextos específicos.
Cuerpos que han sido martirizados por defender una causa, un lugar, un bien, una idea.
Cuerpos que anhelan tener esperanza, aunque sientan que el tiempo se está acabando
Cuerpos que se convierten en desecho si no producen las tasas impuestas por este sistema capitalista.
Todos estos cuerpos están interconectados, todos estos cuerpos son parte de la creación. Todos estos cuerpos son amados por Dios.
Por eso debemos seguir promoviendo tecnologías liberadoras, luchas contra la opresión, el maltrato y las diversas formas de violencia.
Jesús tuvo cuerpo y este fue violentado, maltratado, torturado y humillado, pero también fue un cuerpo que dignificó a otros, que defendió a los cuerpos olvidados y demostró con su ejemplo y su mensaje que todos los cuerpos son importantes.
Por eso, les invito hoy a seguir pensando y trabajando en la liberación de estos cuerpos. Llevando esperanza y buenas nuevas y trabajando con ellos y desde ellos. Luchando por todas las vidas. Siempre tomando la opción por la vida.
“La teología debe ser un medio de liberación y como tal debe ser una respuesta adecuada al Dios que nos liberó.”
Heike Walz