Danzando desde la vida dignificada

viernes, 8 de marzo de 2024

Las mujeres vinculadas a las raíces ancestrales buscamos asumirnos a partir de la energía femenina que fluye en las memorias sanadoras, a fin de recrear y restaurar lo que ha sido avasallado,violentado y enajenado en la comunidad humana (la fuerza y sabiduría de las mujeres). Y, de este modo, cuestionar la matriz colonial y patriarcal que se sostiene en normas y tradicionalismos culturales y religiosos que buscan mantener un binarismo heteronormativo y jerárquico en las relaciones.

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Danzando desde la vida dignificadaCompartir la palabra, parte de la fuerza que nos transmite Erlini Tola Medina desde su arte, que ella designa como “Espiritualidad Femenina” y que describe del siguiente modo:

La danza en el mismo Universo, haciéndose uno.
Movimiento infinito de creación, siempre renaciente.
Presencia de hilo delicado que teje todo lo tangible.
Energía dialogante con los astros desde su virtud creativa.
Es consciencia con todo en ese movimiento de “polvo de estrellas”.
Vitalidad manifestada en la fiesta de la Vida.

La energía que fluye en los cuerpos de mujeres que danzan en el arte de Erlini, nos lleva a evocar a mujeres de diversos tiempos y espacios que buscaron dignificar la vida y que se extienden como ondas hasta nuestros tiempos, espacios e historias. Desde mi vida, situada en Abya Yala, evoco el entretejido de historias negadas, silenciadas y demonizadas de abuelas, tías, madres, hermanas y nosotras mismas, pero también de otras historias que se han resistido a ser enajenadas y que se nos presentan como hilos finos que permiten tejer una relación necesaria con las fuerzas vitales que habitan los territorios. Relación en la que se reconoce la fuerza vital femenina, nombrada de diversas maneras y no limitadas a una mujer, ya que fluye en los diversos cuerpos de las diversas comunidades de vida. 
 
Reconocer la energía femenina, en un contexto en el que se impuso de manera hegemónica la energía masculina y sus referenciales masculinos con poder para dominar, generó una serie de rupturas en el tejido de la vida, pues la dominación no se limitó sólo a las mujeres, sino también al ciclo dinámico del cosmos que, pese a las relaciones jerárquicas en su organización, reconoce las diversas energías de la vida consideradas como femeninas y masculinas y busca establecer relaciones de equilibrio y reciprocidad. Este hecho supera la comprensión de las energías femeninas como simples reproductoras pues son, más bien, reconocidas como fuerzas vitales que hacen posible que la vida siga sus ciclos.
 
Esas otras espiritualidades y formas de saber precisan no ser vistas como periféricas, sino como diferentes. Algo que desafía al feminismo a salir de sus ropajes coloniales, ya que ubica estas espiritualidades como una especie de mediación que requieren todas las mujeres para su dignificación pues, al no reconocer o negar la perspectiva epistemológica ancestral, tienden a ver a las mujeres como víctimas de un patriarcado indígena, sin considerar su propia matriz colonial, donde el patriarcado “es el sistema de todas las opresiones, de todas las explotaciones, de todas las violencias y discriminaciones que vive la humanidad (mujeres, hombres y personas intersexuales) y la naturaleza, históricamente construidas sobre los cuerpos sexuados de las mujeres”[1]
 
Las mujeres vinculadas a las raíces ancestrales buscamos asumirnos a partir de la energía femenina que fluye en las memorias sanadoras, a fin de recrear y restaurar lo que ha sido avasallado,violentado y enajenado en la comunidad humana (la fuerza y sabiduría de las mujeres). Y, de este modo, cuestionar la matriz colonial y patriarcal que se sostiene en normas y tradicionalismos culturales y religiosos que buscan mantener un binarismo heteronormativo y jerárquico en las relaciones. 
 
Siendo conscientes de que vivimos en un tiempo de desarmonías provocadas por la ambición humana, mantenemos la esperanza y la fuerza que nos transmiten los relatos cosmogónicos, como las que encontramos en el texto maya del Popol Vuh, donde las formadoras y formadores, ante su imposibilidad de dignificar la vida humana, acuden a las abuelas del día y del alba, Ixpiyacoc e Ixmucané para que amanezca. Hoy evocamos desde nuestros diversos territorios a las fuerzas vitales femeninas para que surja una vida renacida, restaurada y dignificada para todas las comunidades de vida, donde las mujeres podamos danzar con gozo.

Nota: Puede encontrar el arte de Erlini Tola en las siguientes páginas.
* https://www.facebook.com/profile.php?id=100010554941502
* https://www.instagram.com/erlinichoveytm?igsh=dHdjMTBjZnEwYXk=
* https://www.facebook.com/Yatiyawimuseovivointeractivo 

 
[1] Paredes, Julieta (2017). El feminismo comunitario: la creación de un pensamiento propio. Acceso: https://journals.openedition.org/corpusarchivos/1835

 

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