
El pasado 5 de abril tuvimos la dicha de llevar a cabo, de forma presencial, la primera sesión del taller
Biblia y Homosexualidad correspondiente a 2025. Hemos de comentarles que el objetivo de esta serie de talleres es reflexionar sobre la relación entre la Biblia y la homosexualidad, así como promover un entendimiento más inclusivo y compasivo del tema, respetando tanto las creencias religiosas como la dignidad y los derechos de las personas LGBTI+.
Durante este primer encuentro reflexionamos en torno a las nociones de matrimonio en el texto bíblico, especialmente en relación con las experiencias de personas diversas. También se abordaron temas fundamentales como la unión, los significados de los términos "varón" y "mujer", los roles de género en la sociedad y dentro de la comunidad LGBTIQ+, así como el origen de la vida desde una mirada teológica basada en el análisis narrativo de los textos.
Iniciamos con una exploración colectiva de palabras clave como “bien-mal”, “matrimonio”, “hombre”, “castigo”, “pecado” y “unión”, mapeando las percepciones de las personas participantes. De este ejercicio surgieron reflexiones significativas: por ejemplo, la noción de “bien y mal” fue comprendida como un binomio de condenación influenciado por visiones estatales y religiosas; en cuanto a “matrimonio”, se destacó la complejidad del término al no contar con el respaldo o “bendición divina” en los casos de uniones entre personas diversas, lo cual representa una exclusión normativa para la comunidad LGBTIQ+. Respecto a la palabra “creación”, el grupo la interpretó como el origen narrativo del pueblo de Dios, como nacimiento y acto de dar vida.
El estudio bíblico se centró en el segundo capítulo del Génesis. Se puso especial atención en el versículo 24:
“Por eso deja el hombre a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y son una sola carne”, interrogando su uso como argumento normativo y explorando formas diversas de interpretación.
Leyendo el relato como parábola, aprendimos que el personaje "Adam" (criatura de la tierra) no tiene género definido en el hebreo. En cambio, el término sugiere la creación de una humanidad total, con potencial para múltiples identidades y expresiones de género. Sólo más adelante, como estudiamos, se diferencian las identidades y sexos de "varón" (ish) y "mujer" (ishá).
Tradicionalmente, Génesis ha justificado roles de género rígidos, binarios y desiguales, pero el texto no establece un orden divino fijo; más bien, refleja las ideas y prácticas del autor sobre su propia sociedad. Así, no hay un mandato divino sobre la heterosexualidad o la jerarquía entre géneros, sino la construcción de un relato que refleja la cosmovisión de un autor y su sociedad.
Sobre Génesis 2.24, interpretado como institución divina del matrimonio heterosexual, aprendimos que la frase refleja una práctica de la época. Desde esta visión, hoy es posible reinterpretar esa “unión” desde nuevas experiencias y realidades. Reflexionamos, finalmente, sobre las creencias impuestas en torno a la homosexualidad y el pecado, y cómo estas han sido construidas e internalizadas a lo largo del tiempo a partir de textos como éste.
Para terminar las personas participantes realizaron una reescritura creativa del capítulo 2 de Génesis utilizando la técnica del collage. Expresamos distintas experiencias de la fe cristiana y la lectura bíblica desde la diversidad sexual y de género desde una posición de justicia y dignificación. Compartimos con alegría uno de los textos resultantes: “Y entonces creó Dios a la humanidad; en toda su diversidad. Y se dio cuenta de que era muy buena, y entre ellas podrían ayudarse y acompañarse.”