Alianzas: TCU-468 Agricultura Orgánica Urbana, CIA-UCR

Desde el mes de octubre del 2021, en medio de la pandemia, el TCU-468 Agricultura Orgánica Urbana del Centro de Investigaciones Agronómicas (CIA) de la Universidad de Costa Rica, colabora en los proyectos desarrollados por el Equipo UBL Verde. Este acompañamiento le ha permitido a la universidad seguir caminando con paso firme en la búsqueda de transformar el campus universitario en un modelo de sostenibilidad urbana.

La Universidad Bíblica Latinoamericana ha tenido históricamente en su agenda teológica la justicia climática y como institución educativa busca impulsar no solo los procesos de reflexión bíblico-teológicos, sino también prácticas comunitarias que promuevan una conciencia ecológica para enriquecer la biodiversidad urbana e impulsar la sostenibilidad. 

Desde el mes de octubre del 2021, en medio de la pandemia, el TCU-468 Agricultura Orgánica Urbana del Centro de Investigaciones Agronómicas (CIA) de la Universidad de Costa Rica, colabora en los proyectos desarrollados por el Equipo UBL Verde. Este acompañamiento le ha permitido a la universidad seguir caminando con paso firme en la búsqueda de transformar el campus universitario en un modelo de sostenibilidad urbana.

Es importante destacar que la formación, la experiencia de trabajo y la interdisciplinariedad del equipo de estudiantes del TCU^[1]-468 nos ha permitido desarrollar una agenda que ha enriquecido nuestra experiencia, nos ha dado herramientas y ha fortalecido nuestro trabajo. Las valiosas contribuciones que están realizando en conjunto con el equipo UBL Verde son: 
 

1. El cuido de la “Huerta Orgánica Rocoto” y el manejo de plagas ha permitido la producción de alimentos sanos y nutritivos para la comunidad.
   
    
2. En este mismo espacio se construyó una huerta vertical. Este sistema de siembra ayuda al aprovechamiento de espacios pequeños, permite una posición cómoda de trabajo, en especial para personas adultas mayores, y le ha servido al equipo para experimentar los beneficios del biocarbón. 
    
   
    
3. Para mejorar la salud de la tierra y de las plantas han rediseñado el espacio del compostaje y la lombricultura. La producción de compost y humus ha permitido no solo reducir la basura formada por desechos orgánicos, sino también producir abono y sustrato para aportar nutrientes a nuestra huerta.
    
   
    
4. La producción de biocarbón nos ha permitido conocer la capacidad que tiene el carbón de potenciar las propiedades de otros nutrientes que contiene el suelo. La importancia de su producción radica en la reproducción de la vida de microorganismos, reduce la acidez y mejora la retención de agua en los suelos, lo que permite incrementar la productividad de la tierra.
    
   
    
5. Otro de los espacios formativos que nos han permitido fortalecer habilidades, nutrir experiencias y tejer con más fuerza nuestras relaciones con la comunidad son los talleres. En esta ocasión, junto a los Scouts de Cedros, aprendimos paso a paso cómo preparar el sustrato, la siembra de semillas, el sistema de lombricultura, la preparación de la pila de compost, el cuido del cultivo, la producción de huertas verticales y el biocarbón. 
    
   

Como primer paso, en un área de 113 m2, diseñamos una huerta en forma de mandala. Este diseño es utilizado desde tiempos antiguos para representar la energía vital del universo, además su forma permitirá crear microclimas, permitiendo así la diversificación de la siembra. Gracias al Equipo UBL Verde, a los y las estudiantes del TCU-468 y las personas voluntarias hemos iniciado con la estructura de esta bella huerta. 

Entre los futuros proyectos tenemos la instalación de un sistema de captación de agua de lluvia y el establecimiento de colmenas para abejas nativas.
Ante la crisis ecológica y sus efectos que agravan las injusticias hoy, más que nunca, necesitamos tejer alianzas, compartir experiencias y nutrir nuestro espíritu en el encuentro con todos los seres que habitamos esta casa común. 

Gracias a Mark Haré, Ing. Forestal y cooperante en el Programa de Sostenibilidad Ecológica de la Universidad Bíblica Latinoamericana, por la guía y la entrega en estos y otros proyectos. Gracias a la Licda. Natalia Zúñiga Serrano del Área de Laboratorio de Microbiología Agrícola del CIA de la UCR y a la Lic. Lidieth Uribe Coordinadora del Laboratorio de Microbiología y colaboradora del TCU por acompañar, coordinar y posibilitar estas alianzas.