En su infinito amor Dios, dotó a su creación de un poder especial, poder tomar decisiones. Se le llama "libre albedrío". Y si bien parece que "jamás los humanitos cambiaran"
[1], y se mantendrá la creencia que este poder lo tienen solo los seres humanos, no es así. TODA la creación lo tiene, los planetas, las estrellas, el universo, la Tierra. La naturaleza, eso sí, sigue unos "patrones" o "reglas" que las diferentes ciencias han logrado estudiar y determinar, pero sobre esas reglas ella sigue su propio curso y responde a las condiciones que se le presentan.
Pero el ser humano tiene la particularidad que puede incidir más allá de dichas reglas en el resto de la creación. Se dice que fue el mandato divino que le dio tal derecho. En efecto, en una de las historias de la creación, Dios pidió al ser humano gobernar sobre su creación (Gen 1). Pero gobernar no da derecho a despilfarrar y destruir.
Los términos hebreos ‘radah’ y ‘kabash’ que se muchas veces se traducen por “dominar” y “someter”. Tienen otras traducciones o interpretaciones que pueden dar un sentido diferente a este mandamiento de Dios, que se ha usado para apoyar la idea que el ser humano puede disponer de los recursos naturales a voluntad y sin medida. De hecho ‘radah’ también puede traducirse como “tener dominio” o “gobernar”. De las 25 veces que el término se utiliza en el Antiguo Testamento solo en seis viene acompañado de términos que significan “dureza” o “ira”. Pero en el texto del Génesis no se hace esa especificación. Entonces, ¿Por qué asumimos que la orden es que podemos abusar de los recursos naturales?
Por otro lado, el término ‘kabash’ que aparece 16 veces en el Antiguo Testamento, puede tener un sentido que significa más bien “poner los pies sobre” sin un rasgo de dominio o control. En cinco ocasiones se usa el término ‘kabash’ en referencia a la tierra, donde cuatro son luego de una batalla o una guerra. La única vez donde no tiene ese contexto es justamente la mención en Génesis 1. Entonces, ¿puede esto ser un indicio que no se trata de explotar la tierra sino solo, estar sobre ella?
Entonces el ser humano puede incidir sobre la naturaleza, según el libre albedrío que Dios le dio. Pero la naturaleza también puede hacer uso de su derecho. Huracanes, terremotos, tormentas, pandemias causadas por virus, no son castigos de Dios, es la naturaleza siguiendo su curso, respondiendo a las condiciones que enfrenta, haciendo uso de su libre albedrío. Todo lo que se ha hecho a lo largo de la historia sobre la naturaleza la ha llevado a responder de esta forma. Por eso es que hay una necesidad de cambiar, de mitigar el impacto negativo que la acción del ser humano ha causado sobre la naturaleza, de seguir lo que realmente Dios pidió: cuidar de su creación.