El Verbo, modelo de encarnación

sábado, 25 de diciembre de 2021

El milagro de la encarnación, el verbo hecho carne, constituye aquella lección de amor y entrega que nos invita a celebrar y asombrarnos de lo que Dios ha hecho, pero que nos invita a encarnar la realidad de otros y otras, aun cuando esta sea llamada oscura y hostil. Encarnando, a la manera del Verbo, trascendemos barreras para asumir otras realidades como nuestro lugar de acción y testimonio del evangelio.

Tags:
El evangelio de Juan, en su primera parte, nos plantea una serie de declaraciones que nos desafían a la fe en aquel que es “la Palabra” (verbo de Dios) y su incursión en la historia. No ha habido tiempo en el que este prólogo al cuarto evangelio haya sido una cosa fácil de comprender. Las mentes más brillantes de la teología han naufragado en este mar de expresiones líricas, y también narrativas, que sintetizan la total expresión evangélica.

El Verbo hecho carne (Jn.1:14), es uno de los temas predominantes de dicho prólogo. Tema oportuno para la reflexión, aún en el centro de la algarabía decembrina impregnada en la dinámica social, religiosa y comercial. Un tiempo peculiar en donde la pandemia y sus repercusiones desafían a repensar la navidad y el anuncio de “buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo” (Lc.2:10).

Entendemos la encarnación del Salvador como un misterio, misterio ante el cual no han bastado miles de años de balbuceos y especulaciones, unas santas y otras no tanto. Por ello, hasta el día de hoy, nuestras ideas y sentimientos, acerca de aquel evento, siguen aflorando mientras nos convocan al asombro. 

La comunidad joánica expresó eso de la encarnación, afirmando que la “Palabra” (verbo) era Dios desde el principio; y que luego esa palabra (verbo) se hizo carne, habitó entre nosotros y nosotras. Esta fue la respuesta evangélica a los desafíos de la fe cristiana de finales del primer siglo, a la vez, una respuesta a las expectativas trazadas por el profetismo antiguo testamentario (Is.7:14).

En resumen, aquello que llamamos el misterio de la encarnación, nos llama a reaccionar en dos vías: Primero, al recogimiento, maravillados ante el misterio de aquella impronta divina. Lo inimaginable sucedía, el Dios eterno rompió toda distancia, toda barrera, toda diferencia.  Penetró en la realidad de oscuridad humana (pecaminosa, incómoda e imperfecta) para habitar entre nosotros y nosotras, y estando allí mostrar su gloria, su gracia y verdad.

Segundo, asumir el paradigma evangélico de la encarnación. René Padilla nos recuerda que “La encarnación hace obvio el acercamiento de Dios a la revelación de sí mismo y de sus propósitos: Dios no proclama su mensaje a gritos desde el cielo; Dios se hace presente como hombre en medio de los hombres. El clímax de la revelación de Dios es Emmanuel. Y Emmanuel es Jesús, ¡un judío del primer siglo! De manera definitiva la encarnación muestra que la intención de Dios es revelarse desde dentro de la situación humana”.

En tal sentido, el milagro de la encarnación, el verbo hecho carne, constituye aquella lección de amor y entrega que nos invita a celebrar y asombrarnos de lo que Dios ha hecho, pero que nos invita a encarnar la realidad de otros y otras, aun cuando esta sea llamada oscura y hostil. Encarnando, a la manera del Verbo, trascendemos barreras para asumir otras realidades como nuestro lugar de acción y testimonio del evangelio. 

Es esta disposición, allende el frenesí de la navidad comercializada, somos partícipes del maravilloso proyecto de luz y salvación para todas y todos en nuestro tiempo. Esta es la esperanza de buenas nuevas de gran gozo para todo el pueblo.

Comparte y comenta este artículo!

Posts Relacionados:

  • III Congreso Internacional de Estudios Bíblicos: Información actualizada
     

    III Congreso Internacional de Estudios Bíblicos: Información actualizada

    El III Congreso Internacional de Estudios Bíblicos se desarrolla con el fin de discutir acerca de las herramientas que ha brindado y continúa brindando la exégesis bíblica para lidiar con estos fenómenos, de manera particular los fundamentalismos, en una región en la cual la Biblia sigue siendo tanto instrumento de esperanza y emancipación como herramienta de dominación y pensamiento único.

  • Una espiritualidad comprometida no se resigna
    Fotografía de Claudio Álvarez de El País

    Una espiritualidad comprometida no se resigna

    La tradición bíblica carga ciertas memorias de crítica y denuncia de estos sistemas de explotación y violencia. Uno de los retratos más amargos de esta sistemática opresión la encontramos en pasajes como Job 24.11, que dice: “los pobres muelen aceitunas para sacar aceite y exprimen uvas para hacer vino, mientras mueren de sed” (TLA). En otras palabras, el texto cuestiona la cruenta realidad vivida por un amplio sector del pueblo, cuya vida es consumida en función del lujo de unos pocos. La crítica aquí es contundente: la realidad opresiva es contraria a la voluntad divina. El texto no es únicamente espejo de la realidad, sino su implacable juez.

  • Día Internacional de la Propiedad Intelectual
     

    Día Internacional de la Propiedad Intelectual

    Aunque puede resultar una realidad lejana la de un escritor de novelas de terror, lo cierto es que, en contexto académico, tanto profesores, investigadores y estudiantes, se encuentran constantemente produciendo obras sujetas a derechos de autor, por lo que resulta importante, empero de las nuevas tecnologías y los cambios en los procesos creativos acompañados de herramientas digitales, saber cuáles son aquellos derechos que como autores hemos adquirido, en tanto solo aquello que se conoce, puede defenderse.

  • In memoriam: "La revolución de la ternura"
    Fotografía de Lauren DeCicca en Getty

    In memoriam: "La revolución de la ternura"

    Francisco fue un radical, sí. En este sentido su vuelta al Vaticano II fue un retorno al Evangelio sin más. Por supuesto que esta propuesta asustó a muchos, en particular a quienes entienden la Iglesia como garante de una "doctrina monolítica", por lo que dejó claro desde el inicio de su pontificado cómo el Evangelio posee una riqueza que no se agota en la diversidad de líneas de pensamiento dentro de la comunidad de fe [3]. Hizo suya una actitud muy propia de los orígenes del movimiento de Jesús: no se trata de uniformidad, sino de unidad para el diálogo en la diversidad (Hechos 15 como modelo sinodal).

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia. Si continúas navegando aceptas su uso. Política de Cookies.