Sin duda este 2021 ha sido un año marcado por la crisis, sus consecuencias, y por supuesto marcado por las constantes reorganizaciones.
Hace un año, recién nos acomodábamos al nuevo mundo con Covid 19 y nos preguntábamos ¿qué nos traería el 2021?
Pues henos aquí finalizando el 2021…, un año, que nos aterrizó en la continuación de una impensada realidad; misma que, pareciera haber llegado para quedarse. Una realidad llena de cambios concomitantes, que nos ha sacado del mundo conocido, ayudándonos a crecer, a la vez que, a modificar nuestras prioridades… El 2021 se despide, dejando planteados nuevos retos, vislumbrados ya, desde el 2020.
Es cierto, se hace difícil querer aprender lecciones mientras estamos en medio de una pandemia, que reinventa cepas novedosas y sigue causándonos susto e incertidumbre, en diferentes áreas. Pero a pesar de lo mal que la hemos pasado, sería un error no asimilar estas enseñanzas y no sacar conclusiones de todo lo que hemos aprendido y seguimos aprendiendo en estos días.
Todos los ajustes, que esta pandemia sanitaria demandó, nos impulsó a nuevos aprendizajes. Durante el confinamiento, (y desde la UBL), vimos crecer la necesidad y deseo por las clases y la adquisición de conocimiento, expresado por el aumento de matrículas para las clases virtuales desde muchas diversas locaciones en Latinoamérica.
Ha sido un año que nos ha instado retomar sueños, y salir de nuestra zona cómoda, para redoblar esfuerzos. Este año nos ha persuadido de cuidar nuestra salud, de abrazar con más fuerza la solidaridad como forma de vida, pero por sobre todo a poner la vida en el centro de toda prioridad.
Esta crisis ha dejado de manifiesto; que, lo sobre-estimado por un sistema capitalista-predador no es importante: la industria armamentística, el status, la acumulación de capital, la vanidad, el consumo perverso… y que, lo subestimado (por él) resulta vital: la economía solidaria, la educación ambiental, los trabajos de cuido, comprar lo necesario, sembrar lo que nos comemos, el mercado justo, cuidar el planeta, la salud pública solidaria, estrechar relaciones con gente amada , la búsqueda y educación para la justicia social.
Cerramos un año de híper- conexión y muchas pantallas…, pantallas para reuniones, nuevas plataformas, mamparas para dar y recibir clases, pantallas para sentirnos cerca de personas que viven lejos… Hemos visto materializarse una nueva forma de vida tecnológica, y sentimos menos temor ante un futuro cada vez más digitalizado. Eso sí, ese futuro llegó antes de lo que esperábamos.
Y en este contexto, una vez más, la Universidad Bíblica Latinoamericana, se ha distinguido por la capacidad de sobreponerse a las dificultades de nuevas demandas, de superar los tiempos complicados o adversos, para convertirlos en procesos de aprendizaje y persistencia. Sí, Resiliencia es la palabra, como una expresión visible de la Esperanza que abandera.
Por tanto, al finalizar este año, no podemos sino agradecer a Dios una vez más su cuidado amoroso, y la resiliencia de todos los grupos que la conforman: las y los colaboradores, personas funcionarias o administrativos, comunidad estudiantil, comunidad de personas egresadas, iglesias, organizaciones donantes y demás grupos que acompañan a la UBL, al cumplimiento de Misión.
Gracias a las personas funcionarias su paciencia, entrega, colaboración a la institución en tiempos complejos.
Gracias al cuerpo docente por el esfuerzo en este recorrido dinámico y formativo. Gracias por los malabares para transformar sus clases, manteniendo la calidad académica, haciendo florecer la creatividad y el interés del alumnado ahora virtual.
Gracias estudiantes, por continuar con el aprendizaje, aun en los momentos de congojas e incertidumbre. Gracias por ser el dínamo que anima con mayor énfasis, a continuar brindando acompañamiento y formación académica.
Gracias organizaciones donantes, por la confianza depositada, misma que no defraudaremos.
Gracias a la rectora Elisabeth Cook, por su liderazgo en el proceso de Direccionamiento Estratégico de la institución, por su compromiso de atención a cada detalle, por tejer y mantener alianzas productivas y nutricias, desde hace muchos años y de cara al futuro.
Gracias a la Junta Directiva por la procura de seguimiento y análisis de los informes financieros e informes de rectoría, recibidos cada mes, a lo largo del año. Y, a partir de los cuales, se toman los acuerdos necesarios para que la Asociación SBL cumpla con sus fines (lo anterior como parte de las atribuciones y responsabilidades de la misma).
Ante un contexto global que se mueve de otra forma y a otra velocidad, damos gracias también por las posibilidades virtuales que han facilitan todas las gestiones.
En la UBL reconocemos la importancia de seguir haciendo camino (a través del quehacer) para quienes aún no conocemos, a la vez que honramos la memoria de quienes lo han construido, para muchas personas beneficiarias, en muchas partes de la Región (entre ellas, nosotras y nosotros hoy).
Aprovechar cada momento al máximo, supondrá una decisión de nuestra parte. No posponer la vida en comunidad, no postergar la solidaridad o la compasión, no dejar para después abrazos, besos y gestos de bondad, no posponer la felicidad, ni la conexión con el espíritu que nos da vida y nos sostiene.
Como Presidenta de ASBL, agradezco a nombre de la Junta Directiva. A horas de terminar este año, después de agradecer y rememorar todos los retos que significó la gestión 2021; nos encomendamos a Dios, motivadas por la esperanza de un 2022 mejor.
Atentamente,
Sharo Rosales Arce
Presidenta ASBL