Nuestro encuentro con la muerte

jueves, 31 de octubre de 2024

En estos días que muchos celebran Día de Muertos, y algunos el Día de todos los Santos, sea un tiempo teológico de silencio y de observar con detenimiento los rituales, gestos y travestismos de jugar con la muerte en las prácticas populares de nuestros pueblos como una pequeña grieta por donde pasa la luz y exorciza nuestros miedos y luchas en un mundo que cada vez nos resulta más ajeno y excluyente.

Tags:
En estos últimos años, la pandemia, nos ha permitido tener una experiencia compartida a nivel mundial la fragilidad de la vida. 

La Organización Mundial de la Salud estima que el número real de muertes por coronavirus es dos o tres veces superior a los 3,4 millones de fallecimientos notificados, según explica el informe sobre Estadísticas Sanitarias Mundiales 2021. Es decir, las cifras reales de fallecidos podrían estar entre seis a diez millones de personas. 

Desde entonces de manera más familiar y cercana, la muerte recorre todos los rincones de nuestro Continente y se vuelve cotidiana en el aumento de la desnutrición de nuestras niñas y niños; en la violencia que tiñe nuestras calles, pero también nuestros hogares; en el progreso y desarrollo que se alimenta de nuestros bosques y se bebe nuestros ríos; en el deambular migrante de muchos; sentimos con La Llorona“que la vida cuesta”.

Lo que nos lleva a preguntarnos sobre el sentido de la vida; en medio de la tragedia, el sufrimiento y la muerte.

¿Qué es la muerte? ¿Cómo entender la muerte desde un punto de vista teológico? ¿Qué rituales nos exorcizan de ella? Todas estas preguntas vienen a nuestra mente buscando hallar una explicación que nos ayude a redimir nuestros miedos y temores frente a lo desconocido.

Para entender ello, nos remontamos a la historia y arqueología, donde nos encontramos con las excavaciones en Qafzeh y Skhul, en las que se hallaron una treintena de sepulturas conteniendo “cuerpos tumbados en su mayor parte sobre un costado, con las piernas flexionadas, cubiertos de ocre” conjuntamente con osamentas de animales y objetos rituales. Estas tumbas, de más de cien mil años de antigüedad, van a ser las primeras expresiones de religiosidad humana.[1] En otras palabras, las primeras ideas y prácticas religiosas surgen en torno al misterio sobre la muerte.  Esto se confirma al encontrar en casi todas las religiones del mundo, antiguas o modernas, donde muchas de ellas buscan la manera de “darle vuelta” y de encontrar una trascendencia del ser humano, incluyendo el cristianismo.[2]

Sin embargo, lo que varía son las actitudes y las explicaciones que en una cultura u otra se establece con lo que ocurre con las personas una vez que han traspuesto el umbral entre la vida y la muerte. En la sociedad moderna, la muerte es vista como un tabú debido a los desarrollos biotecnológicos con los que se ha ampliado la tasa de mortalidad, el desarrollo de la cirugía plástica ha abierto la posibilidad de perpetuar la juventud y la belleza lo que ha contribuido a banalizar el sentido de la vida y consecuentemente el sentido de la muerte. Sobre todo, en la sociedad moderna cuya característica principal es la afirmación del individuo y de su autosuficiencia. 

En las sociedades como las latinoamericanas, en cambio, con su pasado indígena y de colonización española interactuaron diferentes tradiciones y costumbres sobre la vida y la muerte. Si bien, esta interacción de saberes se dio en un contexto de poder, estas convivieron, mimetizaron y se fusionaron, mal que bien, dependiendo de los sujetos que tomemos como referencia.

Es por esa razón, como señala González, la teología cristiana necesita salir de sus propias explicaciones para poder describir y entender los universos religiosos de América Latina, ya que estos se nutrieron de otras fuentes y tradiciones religiosas. [3] Es en base a estos argumentos es que necesitamos cambiar de centro nuestras epistemologías teológicas, priorizando la experiencia religiosa que se construyeron desde los márgenes de nuestras sociedades por sus diversos actores sociales trasgrediendo y desafiando el pensamiento cristiano hegemónico que nos fue impuesto.

En estos días que muchos celebran Día de Muertos, y algunos el Día de todos los Santos, sea un tiempo teológico de silencio y de observar con detenimiento los rituales, gestos y travestismos de jugar con la muerte en las prácticas populares de nuestros pueblos como una pequeña grieta por donde pasa la luz y exorciza nuestros miedos y luchas en un mundo que cada vez nos resulta más ajeno y excluyente. 
 
[1] Lenoir, F.  Breve tratado de historia de las religiones. (2018:20)
[2] 1 de Corintios 15,14.
[3] González, M. “If it is no catholic, is it popular catholicism? Evil eye, Espiritismo and Santería: Latina/o Religion within Latino/o Theology” en Decolonizing Epistemologies (2012:151).

Comparte y comenta este artículo!

Posts Relacionados:

  • Día Internacional de la Propiedad Intelectual
     

    Día Internacional de la Propiedad Intelectual

    Aunque puede resultar una realidad lejana la de un escritor de novelas de terror, lo cierto es que, en contexto académico, tanto profesores, investigadores y estudiantes, se encuentran constantemente produciendo obras sujetas a derechos de autor, por lo que resulta importante, empero de las nuevas tecnologías y los cambios en los procesos creativos acompañados de herramientas digitales, saber cuáles son aquellos derechos que como autores hemos adquirido, en tanto solo aquello que se conoce, puede defenderse.

  • In memoriam: "La revolución de la ternura"
    Fotografía de Lauren DeCicca en Getty

    In memoriam: "La revolución de la ternura"

    Francisco fue un radical, sí. En este sentido su vuelta al Vaticano II fue un retorno al Evangelio sin más. Por supuesto que esta propuesta asustó a muchos, en particular a quienes entienden la Iglesia como garante de una "doctrina monolítica", por lo que dejó claro desde el inicio de su pontificado cómo el Evangelio posee una riqueza que no se agota en la diversidad de líneas de pensamiento dentro de la comunidad de fe [3]. Hizo suya una actitud muy propia de los orígenes del movimiento de Jesús: no se trata de uniformidad, sino de unidad para el diálogo en la diversidad (Hechos 15 como modelo sinodal).

  • ¿Por qué es tan importante la Navidad para la fe cristiana?
    Pintura “Adoración de los pastores"de Francisco ...

    ¿Por qué es tan importante la Navidad para la fe cristiana?

    En esta contrahistoria, las personas consideradas insignificantes dejan de serlo. Todas tienen un nombre, un rostro y un futuro. Frente a Dios, nadie queda fuera, porque el amor reconoce, transforma y da esperanza.

  • GUSTAVO GUTIERREZ MERINO: memoria y legado
     

    GUSTAVO GUTIERREZ MERINO: memoria y legado

    Su manera de hacer teología nos ayudó, como teólogos y teólogas, a ver a la teología no sólo como una ciencia del recuerdo (Biblia y tradición), sino como una reflexión que parte desde las personas anónimas de nuestro continente.

    Dejá un comentario

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

    El campo Correo electrónico es obligatorio.
    Debe aceptar la política de uso de datos
    Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia. Si continúas navegando aceptas su uso. Política de Cookies.