
Las instituciones religiosas de diferentes credos han jugado un rol preponderante en estas la promoción de la opresión y la violencia contra grupos LGTBIQ+. Interpretaciones bíblicas basadas en Génesis 19 y Romanos 1.26 han promovido actitudes homofóbicas, mientras la Iglesia Católica sigue sin aceptar el matrimonio igualitario. Dicha institución aceptó en 2023 la bendición de parejas homosexuales, pero sigue invitando a las personas católicas diversas a vivir en castidad y se opone a derechos como el de adopción. Otras instituciones, como la Iglesia Unida de Canadá y la Iglesia Episcopal de EEUU, han abierto sus comunidades a personas diversas, entendiendo que el amor cristiano no distingue entre orientación sexual ni identidad de género. Hoy, con más del 40% de las personas LGTBIQ+ expresando una fe cristiana, no sólo nuestras sociedades, sino las comunidades de fe en particular, tienen la tarea construir comunidades plurales, justas e inclusivas, donde la diversidad brote como las aguas del mar.