En palabras de John O´Donohue, “la luz es la madre de la vida. Dónde no hay luz no puede haber vida”. La luz es energía. Energía que las plantas buscan durante toda su vida. La luz influye en el estado de ánimo y el comportamiento de las personas. ¿Te has puesto a pensar que el arte de estudiar en los libros, sería imposible sin la luz? Así como la escritura, la pintura, el cine o la televisión.
Desde las bibliotecas, el tema de la luz nos concierne por diversas razones. Aquí, queremos compartir tres relaciones interesantes entre las bibliotecas y la luz.
La luz trae y se lleva al papel
La luz es necesaria en cualquier lugar de estudio, aún así, es uno de los principales factores de deterioro del papel y por tanto de los libros, las revistas, las tesis, los periódicos y otros tipos de publicaciones. Curiosamente, es también gracias a la luz que se pueden preservar documentos sumamente antiguos.
El papel está hecho de fibra de diferentes plantas, como la Morera del papel (Broussonetia papyrifera) o el Cáñamo (Cannabis sativa ssp.). Es decir, el papel está hecho de células vegetales que son susceptibles a la luz. Con el tiempo, la luz y los químicos que utilizan en el proceso moderno de creación del papel, rompen las fibras que lo forman y éste se comienza a poner amarillo, a quebrarse, rajarse e incluso deshacerse en nuestras manos.
Es por esto que la mejor forma de conservar los libros es en la oscuridad, eso sí, sin humedad.
Con luz se preserva la historia
La luz también permite la preservación de los documentos. ¿Cómo? Bueno, los escáneres utilizados para digitalizar todo tipo de documentos y obras de arte, utilizan luz. La luz proyectada por el escáner permite reconocer lo que está en el papel y lo hace visible en una pantalla de computadora.
Es así, como por medio de la luz se pueden preservar antiguos manuscritos, libros, cartas, periódicos, fotografías, etc. De esta forma, se preservan las manifestaciones humanas en relación a la enorme cantidad y variedad de temas por los que se ha interesado a lo largo de su historia.
Consejos para la lectura
- Prefiere la luz natural, es más económica y más amigable para la vista. Cuando tengas que usar luz artificial, y si está en tus posibilidades, prefiere la luz menos “agresiva”. Una bombilla de 20 Watts, es suficiente para iluminar una habitación de lectura. En todo caso, la iluminación no debe pasar los 700 lux o lumen. Esta información se puede ver en las cajas o paquetes de las bombillas.
- Un lugar con buena iluminación te dará más energía, disminuirá el esfuerzo visual, aumentará tu comodidad, hará más ameno y menos cansado el tiempo de estudio.
- Al leer, procura, evita los reflejos para proteger tu vista
- Utiliza el mínimo brillo posible en tus pantallas de computadora y teléfono.
- Usa lentes adecuados si los necesitas, son instrumento imprescindible para regular la luz que requieren tus ojos y así evitar el desgaste de tu visión por esfuerzos excesivos.
- Busca una posición en la que la luz no incida directamente en tus ojos. La iluminación debe ser desde arriba o desde alguna posición en la que no podamos ver directamente hacia la fuente de luz.
- Por último, después de 40 minutos frente a una pantalla, toma al menos 3 minutos de descanso sin ver la pantalla. Esto ayudará a proteger tu vista de la luz y te dará energía para continuar.