En la actualidad es posible ver cómo las redes sociales y las tecnologías de información y comunicación (TIC), ocupan un lugar central en diversas actividades de nuestras vidas. La educación, los negocios, las amistades, el entretenimiento y la resolución de problemas del día a día se dan en o a través de estos medios. Se espera que todas las personas tengan un correo electrónico y una cuenta en al menos una red social. No hacer esto es estar en un horizonte, en un borde, al margen de la sociedad y de la realidad.
El libro es una creación cultural y colaborativa, en la que se inscriben por medio textos, significados. Estos significados cargan las ideas, sentires, creencias, reflexiones, vivencias, memorias de personas, comunidades y regiones históricas. Es por esto que a través del libro se puede acceder a infinidad de representaciones del pasado, del presente y del futuro, y por tanto no es de extrañar que nos identifiquemos con ciertos libros mientras que ignoramos otros
La biblioteca no es una institución autónoma, está muy lejos de serlo. Es más bien un organismo en constante evolución, cuyo desarrollo depende de la comunidad que la integra.
Sin la necesidad de información de las personas, las bibliotecas no tendrían razón de ser. Esto hace que la biblioteca no solamente deba conocer a su comunidad y buscar constantemente la forma de servirle mejor, sino que la comunidad también debe conocer su o sus bibliotecas y cómo ser parte de esta o estas.
Pero la referencia no se trata solo de dar datos, fechas, nombres o enviar documentos. A través de este servicio se brinda ayuda en el proceso de búsqueda o se capacita en el uso de las nuevas tecnologías.
En el 2015 la UNESCO declaró el 16 de mayo como el Día Internacional de la Luz y las Tecnologías basadas en la Luz. Esta iniciativa busca concientizar acerca de la importancia de las investigaciones sobre el fenómeno de la luz, sus aplicaciones y relevancia para la humanidad.
La literatura nos abre las inmensas puertas a la memoria de la sociedad. Memoria histórica, artística, sexual, cultural, económica, religiosa, y todas las demás categorías que puedan agregarse. Y por supuesto, en los libros podemos encontrar también el futuro. Futuros previstos por las imaginaciones más exóticas y las mentes más cautas. Ya sea en formales investigaciones o en las novelas más pintorescas.